El wabi sabi se cuela en los exteriores contemporáneos como una declaración de intenciones.
Sus conceptos y valores son un reclamo para quienes aspiran a vivir en ambientes en los que prevalece la serenidad y la armonía.
Tiene su origen en el taoísmo y luego se transmitió al budismo zen.
Se basa en la no permanencia de las cosas, en aceptar el ciclo natural de la vida, el nacimiento, el crecimiento y la decadencia, por tanto, la madera para exteriores es uno de los materiales más compatibles con esta filosofía de vida.
Esta forma de ver el mundo encuentra la belleza y la serenidad en los objetos, paisajes y diseños que son simples e imperfectos, asimétricos y dejan entrever el paso del tiempo.
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